miércoles, 18 de noviembre de 2009

TRES VIDAS DE SANTOS - EDUARDO MENDOZA

Editorial: Seix Barral
Páginas: 189
Año: 2009

La obra de Eduardo Mendoza es adictiva: sus múltiples seguidores estamos esperando impacientes su próximo libro para disfrutar de esto que se ha dado en llamar literatura. Su nueva entrega, tras la irónica “El asombroso viaje de Pomponio Flato” (2008), es esta “Tres vidas de santos” compuesta por tres relatos escritos en diversos momentos de su larga trayectoria, y que son de variada extensión y distintas tramas. A estas breves narraciones habría que añadirle, por su valía, el jugoso prólogo.
La primera historia, lleva por título “La ballena”; y es el más largo de los cuentos y la de mayor antigüedad. En ella Mendoza vuelve sobre la burguesía catalana y sobre una ciudad a la que ama: Barcelona, sobre la que proyecta una mirada que puede traducirse como “de lo que fue y ya no es porque se ha ido a peor”. Ambientada en el Congreso Eucarístico de Barcelona celebrado en 1952, el centro de la historia es el obispo de San José de Quahuicha y las desdichas que le sobrevienen a raíz de un hecho repentino y catastrófico que le impedirá regresar a su pequeño país.
El segundo relato lleva por título “El final de Dubslav” y en él asistimos a un viaje, en modo alguno iniciático de un hombre que va a buscar un delirio más que un sueño. El final es tan inesperado como apasionante.
La tercera y última narración es “El malentendido” donde se da cuenta de los inicios del mayor y mejor escritor de habla hispana. Aquí escribe el protagonista: “De repente, en un solo instante, sin saber nada de nada, entendí exactamente lo que era la literatura. No lo que usted decía, no un vehículo para contar historias, para expresar sentimientos o para transmitir emociones, sino una forma. Forma y nada más”.
Como ha escrito Felix de Azúa: “Disimulado detrás de su disfraz harapiento, Mendoza ha escrito su libro más explícito, más nihilista y quizá el más bello”.



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