FRED VARGAS - HUYE RÁPIDO, VETE LEJOS
Editorial: Punto de LecturaPáginas: 416
Año: 2007
Primera novela protagonizada por el comisario Adamsberg en la que se ve envuelto en un asunto , a priori menor: la aparición de unas pintadas – un cuatro invertido y tres letras debajo CLT- en diferentes portales de París. Pero detrás de esas letras se esconde un asesino inusual que parece transmitir la peste negra. Para complicar las cosas un viejo marino con vocación de pregonero recibe unas misivas en las que alerta de los futuros asesinatos. Y el miedo poco a poco se apodera de la ciudad.
Esta es, acaso, la novela que mejor sintetiza lo que se ha venido a denominar el “estilo Vargas”: un trama compleja llena de mcguffins, un policía que no tiene problemas morales ni psicológicos –como tan habitual es en el género- y que lo único que desea es hacer bien su trabajo, resolver problemas y caer bien a la gente (aunque sabe que cuando se descubre su condición de pasma la prevención y el temor aparecen inmediatamente); el establecimiento de relaciones humanas que van más allá del enigma a resolver y por último un estilo lleno de referencias cultas muy bien documentadas, sobre todo medievales –Vargas es arqueóloga y zoóloga especialista en la Edad Media-, que no cansan al lector sino todo lo contrario; avivan el interés por el desarrollo de la acción.
Todas las novelas de Fred Vargas tienen una estructura que remite al mito griego del Minotauro, Teseo y el hilo de Ariadna: hay un héroe (el comisario), un mal (el asesino) y un elemento que ayuda al esclarecimiento del delito (las pistas). Y con esto se construye todo un mundo literario. Y vale la pena sumergirse en él.
Esta es, acaso, la novela que mejor sintetiza lo que se ha venido a denominar el “estilo Vargas”: un trama compleja llena de mcguffins, un policía que no tiene problemas morales ni psicológicos –como tan habitual es en el género- y que lo único que desea es hacer bien su trabajo, resolver problemas y caer bien a la gente (aunque sabe que cuando se descubre su condición de pasma la prevención y el temor aparecen inmediatamente); el establecimiento de relaciones humanas que van más allá del enigma a resolver y por último un estilo lleno de referencias cultas muy bien documentadas, sobre todo medievales –Vargas es arqueóloga y zoóloga especialista en la Edad Media-, que no cansan al lector sino todo lo contrario; avivan el interés por el desarrollo de la acción.
Todas las novelas de Fred Vargas tienen una estructura que remite al mito griego del Minotauro, Teseo y el hilo de Ariadna: hay un héroe (el comisario), un mal (el asesino) y un elemento que ayuda al esclarecimiento del delito (las pistas). Y con esto se construye todo un mundo literario. Y vale la pena sumergirse en él.
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