martes, 26 de enero de 2010

TONI MORRISON - UNA BENDICIÓN

Editorial: Lumen
Páginas: 189
Año: 2009

Este no es un libro para leer en la cama antes de dormirse. Exige atención y concentración. “Una bendición”, la última entrega de la Premio Nóbel Tony Morrison (Lorain, Ohio, 1931), supone un esfuerzo, pero no porque sea aburrido, o pretencioso, o petulante; sino porque es literatura sin concesiones. Si se está acostumbrado a leer sólo best-sellers y novelas de evasión, esta historia se le hará cuesta arriba; pero si lo que disfruta es con el despliegue y la densidad del lenguaje, así como con la intensidad de las historias, entonces en este las hallará.

La narración se desarrolla a finales del siglo XVII, en una etapa muy inicial de la esclavitud en América. El hilo conductor de la acción tiene como protagonista a Florens, una esclava negra que, siendo niña, fue entregada como pago de una deuda por su madre. Ahora, con su dueño fallecido busca a un hombre, un herrero que es un negro libre, que tal vez pueda librar de una muerte segura a su dueña, ya que, si ésta muere, su futuro y el de sus compañeras se antoja más que incierto. Pero éste es tan sólo un finísimo hilo conductor, pues la riqueza temática y conceptual de la obra supera cualquier intento reduccionista. Por sus páginas, y a través de las cuatro mujeres principales de la narración, pasan el dolor, al amor como deseo y como pérdida, la bondad y la maldad, el negocio del matrimonio, el horror de la esclavitud -tremendas sus páginas sobre el viaje en el barco-; en fin, parte de la vida misma.
Toni Morrison ha alcanzado en vida ese difícil estatus de clásica contemporánea: es sabia, es poética, tiene una mirada excepcional, es profunda y sabe contar una historia. Y sobre todo: se niega a simplificar, incluso cuando se enfrenta a un contexto tan proclive al maniqueísmo como sería el de la esclavitud.



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