VÍCTOR MORENO - LA MANÍA DE LEER

VÍCTOR MORENO - LA MANÍA DE LEER

Editorial: Caballo de Troya

Páginas: 394

Año: 2009

Leer no nos hace mejores en ningún ámbito de la vida: si uno es idiota, cínico, estúpido, engreído, inteligente, sensible,… en fin, lo que sea, lo seguirá siendo igual lea mucho, poco o nada. Todos conocemos casos de personas muy leídas que son auténticos epítomes de la idiotez suprema, y también sabemos de casos de individuos que no han abierto un libro en los últimos veinte años y que son personas buenas y decentes.

Viene esto a cuenta por dos motivos: el primero, obvio, por la edición de este libro; el segundo, porque ya vale de esa monserga que desde los medios de comunicación de la galaxia Gutenberg nos dice que leer nos hará mejores. Ni de coña.

Así que con estas premisas no queda más que participar de las ideas que expone Víctor Moreno ene te libro, donde repasa muchos tópicos y medias verdades sobre la promoción de la lectura para poner en su lugar a ésta y dotarla de la importancia justa. ¿No es la lectura compulsiva una suerte de neurosis? ¿Es normal que alguien pueda encontrar en una novela, o en una obra de teatro, alguna certeza que no pueda encontrar en su día a día? En este orden de cosas, Moreno denuncia que la necesidad del otro es hurtada por la concepción que se nos quiere imponer de la lectura desde las élites del poder cultural.
“La manía de leer” trata de muy diversos temas y asuntos, todos ellos, por supuesto, relacionados con el tema de la lectura. Moreno comienza aludiendo a la tradición humanista: un concepto que cree que hay que superar y que hace que tengamos una visión sesgada de lo que la cultura significa. Donde el autor entra a saco para no dejar títere con cabeza es con el papel jugado por la crítica literaria; denunciando su mirada sesgada e ideológica. El mayor palo se lo llevan los del suplemento cultural ‘Babelia’ que edita el diario El País.
“La manía de leer” es un libro excelente que quita de la cabeza muchos tópicos y nos hace dudar de muchas afirmaciones que, de tan repetidas, hemos acabado por asumir como incontrovertibles. Pero eso sí, si no se lee este libro, tampoco pasa nada.